El SEAT Ibiza de primera generación fue un hito para la compañía. Marcó el inicio de SEAT como fabricante independiente.
Fue el primer coche desarrollado totalmente por la marca, aprovechando su experiencia y la de los socios Giorgetto Giugiaro, Karmann y Porsche, que colaboraron en los apartados de diseño exterior, diseño interior y mecánica, respectivamente; este último aportando tecnología a los motores, que destacó bajo la famosa denominación ‘System Porsche’, que el Ibiza luciría en la tapa de la culata del motor.
Había tres niveles de equipamiento disponibles: L, GL y GLX, todos ellos asociados a motores de gasolina de 1.2 y 1.5 litros. El más destacado y tope de gama era el SEAT Ibiza 1.5 GLX de 85 CV, que fue diseñado para cumplir con las más altas exigencias. Esta versión demostró su fiabilidad en el Campeonato Inter-Ibiza, un rally monomarca en el que todos los participantes competían con Ibiza 1.5 GLX idénticos.
La función en el SEAT Ibiza de primera generación también se correspondía con la forma. El diseño exterior se hizo reconocible al instante y algunos elementos como las llantas de aleación de corte deportivo, que ofrecían un punto extra de atractivo, lo ayudaron a asentarse en el mercado.
Dada su importancia histórica, no es de extrañar que SEAT conserve dos Ibiza 1.5 GLX de producción en su Colección. Uno de ellos tiene el número de chasis 407 y fue de los primeros Ibiza que salió de la fábrica, del total de 1,3 millones de unidades producidas de la primera generación. Este coche suele participar en competiciones de vehículos clásicos y en 2018 llegó a ganar el Rally Catalunya Històric. El segundo es un vehículo que se adquirió directamente a un concesionario SEAT, con apenas 64 kilómetros, y que nunca se había matriculado hasta que la Colección de SEAT lo hizo como vehículo histórico.
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